Nadie se libra de las consecuencias del coronavirus. En Cuba se han limitado las actividades y la movilidad de las personas, por lo que miles de cuentapropistas han dejado sus licencias, y actualmente están desempleados.
Según reportes de agencias de noticias, hasta la llegada del nuevo coronavirus, en Cuba existían unos 600 000 emprendedores.
De ellos se estima que, al menos 139 000 entregaron temporalmente sus licencias de manera voluntaria.
En tanto, otros miles cerraron por las medidas tomadas por autoridades, a partir del día 24 de marzo cuando se suspendieron las clases.
Desde ese momento sucedieron una serie de medidas que golpearon al llamado sector privado de la Isla, sin garantías de un plan B.
Primero se cerraron los aeropuertos, y confinaron a los extranjeros varados en la Isla en sus hoteles.
A su vez, se suspendieron la renta de automóviles y todas las actividades de recreación.
Aunque el 70 por ciento de los cubanos trabaja para el Estado, más de medio millón de personas se embarcaron en diferentes emprendimientos.
Estos se vieron afectados directamente desde que el nuevo coronavirus comenzó a transmitirse en la Isla.
Se refiere que los pocos emprendedores cubanos que no entregaron sus licencias están tratando de readaptarse, pero no hay soluciones sencillas.
Encontrar alternativas no es fácil
Los dueños de restaurantes han empezado a llevar comida a domicilio, los salones de belleza armaron asesorías en las redes sociales y las tiendas de indumentaria venden a través de páginas de internet.
Sin embargo, no pocas actividades quedaron sin alternativa posible.
Fue por eso que miles de trabajadores de este sector optaron por desistir de la idea del negocio privado.
Ahora cientos de cubanos esperan a que la situación mejore y se reinventan en el día a día la manera de estirar los ahorros.
En tanto, el gobierno prometió rebajas impositivas, pero se desconoce si habrá una política sistemática para estimular al tan abatido hoy sector no estatal.
