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La farsa de la reapertura de Coppelia

26 junio, 2019

Después de más de dos meses de reparación, la reapertura de Coppelia trajo decepciones al público habanero

reapertura de Coppelia

Más de dos meses de espera y la reapertura de Coppelia es una farsa. Después de anunciar con bombo y platillo que la Catedral del Helado tomaría nueva vida, este martes por fin se sirvió la primera bola al público. Y el estilo sigue siendo el mismo.

Un poco de pintura en la fachada y dos o tres clavos y tornillos ajustados al mobiliario no son motivo suficiente para celebrar la reapertura de Coppelia. Aunque todo el mundo esperaba la proclamada cantidad de 15 sabores de helado, ni siquiera el primer día el sueño se cumplió.

No más de ocho variantes se vieron en la tablilla de esta primera jornada, sin contar que eran todas derivadas de solo cuatro sabores: chocolate (por fin), fresa, almendra y mantecado.

En algunas de las áreas hubo también algo de naranja piña y coco. Afirman los más optimistas que se trataba de 15 sabores en total, contando todas las ofertas. Desde este punto de vista, podría afirmarse que se llegó a la cantidad prometida, aunque no fuera lo esperado.

reapertura de coppelia

La reapertura de Coppelia fue con los mismos viejos pozuelos, las especialidades de siempre, la decoración mínima del centro y, sobre todo, el mismo estilo de las bolas: semivacías.

¿Qué se dice de la reapertura de Coppelia?

De acuerdo a las autoridades habaneras, el costo de la reparación de 55 días osciló por los tres millones 400 mil pesos. En estas labores estuvo incluida la recuperación de las áreas verdes, la señalética, luminarias, muebles y la carpintería de la torre.

Además, la reapertura de Coppelia incluyó la inauguración del salón Cuatro Joyas, que vende en CUC. Habrá que ver la diferencia entre ambos servicios.

Ahora se dispone por fin de nuevos elevadores para transportar el helado hasta la torre sin que pierda calidad. Y es noticia también que se vuelve a vender helado Coppelia, alabado por todos los cubanos.

Veremos si unos días después de la reapertura de Coppelia las enormes colas se calman, las buenas nuevas se mantienen y los esperados servicios de calidad se concretan. Si no, será el mismo perro, con el mismo collar. Y todo habrá sido una farsa en homenaje a los 500 años de La Habana.

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