El café es una de las bebidas fundamentales en la dieta del cubano. Miles estaríamos felices si, en efecto, el café quemara las grasas. La buena noticia es que, en cantidades moderadas, sí puede hacerlo.
Así aseguró la nutricionista y profesora de la Agencia biomédica federal de Rusia, Margarita Koroliova. En su opinión: “La cafeína estimula el metabolismo y ayuda a adelgazar. Pero al mismo tiempo se acelera el ritmo cardíaco. Por lo tanto, es muy arriesgado abusar del café”.
Si contamos con la cafeína como quemador de grasa y tomamos hasta ocho tazas de café al día —advirtió—, habrá problemas de corazón. Por ello, para las personas con hipertensión o trastornos del ritmo cardíaco, el café no es una opción.
Muchos estudios avalan el criterio de la nutricionista. Este es el caso de una investigación publicada en BMJ Journals en 2015, por un equipo internacional de biólogos y médicos. En sus resultados, los especialistas explican que consumir entre tres y cuatro tazas de café al día reduciría el riesgo de sufrir un ataque de corazón. Además, mejoraría el estado de los vasos sanguíneos.
Asimismo, este equipo refirió que, si el objetivo es perder peso sin renunciar al café, entonces debería tomarse solo, sin ningún tipo de suplemento calórico (incluyendo la leche y el azúcar).
En ese sentido, la nutricionista rusa acotó: “El café no será una bebida calórica a menos que lo enriquezcamos con nata o leche. De hecho, no recomiendo estos productos a los adultos en general. Es mejor utilizar leche de almendra o de coco como aditivo para el café, pero el valor calórico de la bebida aumenta ligeramente”.
Además, dijo que “cualquier jarabe es un componente de carbohidratos. Aumenta el valor energético de los productos. Además, los jarabes pueden aumentar los niveles de azúcar en la sangre, por lo que proporcionan una dosis extra de insulina”.
