Los precios topados son noticia en Cuba desde este sábado. Lo que muchas veces el país ha prometido, finalmente llegó. Pero, ¿de qué modo? ¿Cuál es el tope?
Pareciera una burla que los precios topados se hayan quedado detenidos en las mismas cifras que regularmente tienen los cuentapropistas para sus ventas. ¿Qué limitó el Estado entonces?
Por solo poner un ejemplo, los jugos de caja pequeña, que en las tiendas estatales se comercializan por 0,60 centavos en CUC, los negocios privados suelen venderlos en 25 CUP (1 CUC). Y adivinen a qué precio el Estado los ha limitado… Sí, a ese mismo. Vaya favor que le hacen al pueblo.
El Estado cubano quiere alardear de su poder con este episodio de los precios topados. Pero el alcance es limitado. A estas alturas no hay nada que imponer a los cuentapropistas.
Mucho se ha intentado, sobre todo en el sector del transporte, pero no ha dado resultado. Es imposible decidir algo en tierras en las que ya no tienen cabida. Y por eso intentan esta penosa jugada de decidir lo único que pueden.
Entre los falsos precios topados andan las cervezas Cristal y Bucanero. Ahora solo podrán venderse a 35 CUP. Sin embargo, en establecimientos estatales estos líquidos pueden sobrepasar los 50 CUP. ¿Quién define los límites comerciales del Estado?
La otra nota risible dentro de este capítulo de precios topados es que cada provincia puso los límites donde lo decidió. Es fácil comparar entonces que la capital cubana fue la que más dejó correr el freno. Resulta imposible controlar en una ciudad tan poblada y llena de vida.
Veremos cómo se cumple la decisión de los precios topados en el día a día de los territorios. Pues toca a los famosos y corruptibles inspectores fiscalizar que las decisiones sean respetadas.
