Se confirma el temor de quienes llegan a la frontera mexicana para solicitar asilo político en Estados Unidos. Y es que la Corte Suprema de esta nación respaldó la decisión de su presidente de negar la entrada a quienes no hayan pedido protección en otra nación.
Desde el 15 de julio entró en vigor la política que exige a los emigrantes que atraviesan varios territorios pedir asilo político en otro país antes de llegar a la frontera mexicana con Estados Unidos.
La lógica de Donald Trump advierte que, si se huye de alguna situación en el país natal, la seguridad puede garantizarse en cualquier territorio seguro y no solo en Norteamérica.
Jueces locales habían vetado la decisión y se mantenía la entrega de asilo político a quienes se presentan en la frontera mexicana, zona en la que están miles de cubanos.
Ahora, ante el mandato de la Corte Suprema hay poco que hacer. Aunque se esperaba por las negociaciones entre mexicanos y estadounidenses para declarar a México un territorio seguro, la orden del órgano legal dicta que se pueden negar las solicitudes en lo que se soluciona el conflicto.
Así que ya no valen de nada los mandatos de cortes locales que vetaron la decisión gubernamental: para recibir asilo en la frontera mexicana el inmigrante debe traer una negativa de otorgamiento de las naciones por las que haya transitado.
Si los emigrantes pasan por Honduras, su situación sería más difícil porque este país está camino a firmar un acuerdo con Estados Unidos en el que los migrantes deberán solicitar asilo primeramente en esta nación. Así se evita que lleguen a la frontera mexicana con Norteamérica.
Nada es definitivo. Se sabe que varias fuerzas judiciales y sociales están en contra de esta decisión. Solo resta esperar a que pasen los días.
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