¿Tienes maskne? Es probable que sí aunque no sepas que ese es su nombre. Te explico mejor: ¿has notado que la zona que cubre la mascarilla protectora contra el coronavirus está más irritada que antes de la pandemia?
Probablemente estés sufriendo este nuevo tipo de acné que ya afecta a muchas personas en el mundo. Precisamente en el área de tu cara que se cubre con el nasobuco, ahora la piel es más propensa a irritarse y formar pequeñas lesiones indeseables.
Se trata del maskne y es un tipo de afección mecánica porque ocurre debido a la fricción de la tela del nasobuco en la cara. Aunque se recomienda cambiar la mascarilla cada tres horas, muchas personas no cumplen con este requisito y ello empeora la condición de la piel en esta zona.
¿Por qué sufrimos las consecuencias de las mascarillas? Muy sencillo. Este fragmento de la piel que se cubre con el trozo de tela comienza a sentir un efecto invernadero. Como consecuencia, aumenta la temperatura, hay mayor sudoración e incrementa la producción de sebo.
De esta situación al maskne no hay ni un paso: al momento se taponan los poros y la piel se ahoga. El ambiente queda listo para la aparición de bacterias y crecen las espinillas y granos en la zona. ¿Cómo evitarlo?
Para empezar, nunca uses un nasobuco sin lavar aunque solo lo hayas tenido puesto por minutos. Otro requisito que debes cumplir es evitar los que sean sintéticos o te queden muy apretados.
Combatir el maskne es más fácil si intentas hacer breves pausas en el uso de tu mascarilla. Si te encuentras en un ambiente protegido, retírala al menos cada dos o tres horas. Y recuerda que las de algodón o seda son la mejor opción si tu piel es sensible al acné.
