Aron Nimzowitsch fue uno de los más fuertes ajedrecistas del mundo en la primera mitad del Siglo XX. Nacido en Letonia, parte del imperio ruso en ese momento, se nacionalizó danés y representó a esa nación escandinava hasta su muerte.
Pero no vamos hoy a profundizar en su brillante carrera ajedrecística, ni siquiera de su enorme legado como teórico y escritor del juego ciencia.
Nimzowitsch fue un personaje controvertido en el mundo de las 64 casillas y originó un sinnúmero de anécdotas, que dejaron frases para la posteridad.
Aquí una de ellas.
Cuentan que el excampeón mundial Emanuel Lasker gustaba de fumar Habanos mientras jugaba y Nimzowitsch era un ferviente opositor a ese hábito.
Dice la historia que en uno de los torneos de principios del siglo XX se enfrentaban estos dos grandes trebejistas, cuando Lasker sacó un Habano y lo colocó encima de la mesa de juego. Nimzowitsch se paró como un resorte y salió en busca del árbitro para decirle que su contrario no podía fumar.
Al llegar el árbitro a la mesa se dio cuenta que Lasker no había encendido su puro y se lo señaló a Nimzowitsch, a lo que este respondió:
“Tanto usted cómo él saben bien, que en ajedrez, la amenaza es más fuerte que la ejecución”.
De ahí el origen de esa frase tan conocida en el mundo ajedrecístico y que tiene plena vigencia en el juego.
