El Teatro Nacional de Cuba, una joya arquitectónica de la Isla, comenzó su construcción el 29 de julio de 1952. La obra estuvo dirigida inicialmente por la compañía Purdy & Henderson, como contratista civil, y con la firma Arroyo y Menéndez como director técnico. Era un proyecto inspirado en el Radio City de Nueva York que prometía convertirse en el teatro más grande de Cuba.
A pesar de las grandes expectativas, la construcción enfrentó numerosos desafíos que retrasaron su finalización. Es así que en 1959, cinco años después de proyectado su término, gran parte de la obra todavía estaba por hacer;
La inauguración parcial ocurrió el 16 de marzo de 1960, con la apertura de la Sala Covarrubias. Sin embargo, debido a sus condiciones precarias, los espectáculos se suspendieron al año siguiente. La sala quedó entonces como local de ensayo y almacenaje de escenografías.
No fue hasta la segunda mitad de la década de 1970 que se retomó la construcción del teatro- Y finalmente, el 3 de septiembre de 1979, se llevó a cabo su inauguración completa y definitiva.
Durante la construcción del Teatro Nacional se contrataron reconocidos artistas plásticos para la ejecución de murales y esculturas que adornarían el interior. Entre ellos René Portocarrero, Raúl Martínez, Sandú Darié, Alfredo Lozano, Eugenio Rodríguez, Roberto Estopiñán, Rolando López Dirube, Gabriel Sorzano, Tomás Oliva y Rita Longa.
