El cardenal cubano Jaime Ortega Alamino, arzobispo emérito de La Habana, falleció este viernes en la capital después de luchar contra el cáncer.
Las últimas imágenes del prelado fueron publicadas el 19 de junio pasado, mientras recibía la Distinción Monseñor Carlos Manuel de Céspedes, que otorga la Comisión de Cultura de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba.
En esa ocasión, el actor y cantante cubano Erich Concepción Quicutis comentó: “Es bueno que se le reconozca su labor extensa antes de que muera. De algunos es sabido su estado delicado y nuestras oraciones están con el cardenal”.
Jaime Ortega será recordado, entre otros méritos, por guiar la Iglesia hacia una etapa de mejores relaciones con el Gobierno de Cuba y por su rol en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre La Habana y Washington. En ese sentido, habría servido como mediador entre los otrora presidentes Raúl Castro y Barack Obama.
Asimismo, el cardenal supervisó tres visitas papales a la Isla (Juan Pablo II en 1998, Benedicto XVI en 2012 y Francisco en 2015) y negoció con el Gobierno cubano la excarcelación de presos políticos.
Luego de 35 años como arzobispo de La Habana, Jaime Ortega pidió su renuncia en 2016 por sobrepasar los 75 años, tal como establece el código de Derecho Canónico. A su muerte residía en el Centro Cultural Padre Félix Varela, antigua sede del Seminario San Carlos y San Ambrosio.
