Ahora sí la mula tumbó a Genaro, dicen muchos cubanos cuando algo malo y con consecuencias sucede. Sin embargo, el origen de tan popular dicho cubano es desconocido para quienes a veces lo enuncian.
Como toda buena historia curiosa, esta que nos ocupa hoy tiene dos versiones. Una más fantasiosa y otra un poco más verosímil.
Contemos la más creíble: se cuenta que Genaro, torcedor de tabaco, tenía una discapacidad en la pierna derecha, la cual arrastraba al caminar. De igual manera, tenía una mula blanca que, si bien no la había montado, consideraba mansa.
Hasta que un día, lamentablemente, descubrió que era todo lo contrario. Y es que Genaro, mientras esperaba a su novia en el ferrocarril, decidió descansar sobre su mula un rato. Cuando la locomotora llegó a la estación, con su ruido estruendoso asustó al pobre animal y este lanzó al suelo al pobre hombre.
Hay quienes aseguran, además, que la mula dio tres brincos y que el pobre Genaro terminó hospitalizado en una instalación de salud del pueblo. También, que perdió el conocimiento.
Debemos decir que esta historia pudo ocurrir en Cuba —de hecho, algunos la sitúan durante la segunda mitad del siglo XIX, con el auge del ferrocarril en la Isla—, pero que también pudo haber sucedido en otros países de Centroamérica o México, donde también se usa esa expresión. Además, el nombre de Genaro es muy popular.
Este conocido dicharacho también ha sido fuente de inspiración para muchos músicos. Si hacemos una búsqueda en las plataformas digitales encontramos que existen muchas canciones que responden a la divertida anécdota.
Ahí está el danzón La mula de Don Genaro, a cargo de Danzonera La Playa, o la pieza de jazz Genaro tumbó a la mula, por Peruchín and Friends en el disco Antobal’s Cuban All Stars.
