Desde el pasado 11 de junio quedó suspendida la compra y venta de viviendas en La Habana.
De acuerdo con las autoridades de la ciudad, la medida es temporal. Forma parte del plan de acciones anunciadas para reforzar el enfrentamiento a la pandemia ante el aumento de los contagios de COVID-19 en la capital.
Por esta razón fueron cerradas 17 oficinas de trámites y 15 de atención a la población. Asimismo, se mantienen las oficinas de inversiones de la vivienda, albergues y otras urgencias.
Unido a esta suspensión de la compra y venta de viviendas en la urbe, cerraron 15 registros de la propiedad. De igual manera suspendieron sus servicios 31 unidades notariales, en las que se queda un notario por municipio para atender situaciones de alta sensibilidad.
La implementación de estas medidas incluye además el cierre de 13 palacios de matrimonios. O sea, no solo está enfocada a la compra y venta de viviendas, sino además al cese de otros servicios notariales y registrales no excepcionales.
Entre estos encontramos los servicios de formalización de divorcios, la expedición de certificaciones, legalización de títulos y la emisión de expedientes de subsanaciones de errores u omisiones, entre otros.
Ciertamente la suspensión de la compra y venta de viviendas es una medida temporal debido a la situación sanitaria de La Habana. Sin embargo, no fue bien acogida entre la población.
Los ciudadanos alegaron que rompe con sus planes inmediatos, si tenemos en cuenta que su anuncio tuvo lugar un día antes de la puesta en vigor.
Muchas de las acciones contenidas en este plan para reforzar el enfrentamiento a la pandemia ante el aumento de los contagios de COVID-19 no son nuevas. Fueron anunciadas en enero y en abril de este año, aunque ahora se vuelven a retomar.
