Un comisionado del condado Miami Dade, de la Florida ha anunciado una reunión con la intención de cancelar todos los vuelos entre el sur de Florida y La Habana.
Según medios internacionales, el argumento utilizado es la situación del coronavirus en la región, así como el incremento del comercio bilateral entre China y Cuba.
Esta medida, sin embargo, afectaría radicalmente a la mayor comunidad cubana de la diáspora.
El pasado jueves el alcalde del condado, Carlos Gimenez, dijo que está de acuerdo con la suspensión de los vuelos a Cuba y que cuenta con el apoyo del gobernador Ron DeSantis.
La realidad es que sería poco probable que una decisión en ese sentido tenga posibilidades de prosperar ya que los condados no tienen potestad.
La suspensión de vuelos desde Estados Unidos es una autoridad que concierne a la Agencia Federal de Aeronáutica.
O, en última instancia, puede ser una decisión tomada por el presidente Trump.
Pero el concepto desarrollado por Bovo es que el condado de Miami Dade, como lugar de asentamiento principal de la diáspora cubana, tiene derecho a su propia política exterior.
Situación delicada
Aunque todas las iniciativas anteriores en ese sentido no han llegado a ningún lado porque los lazos externos son potestad del gobierno federal.
La resolución que Bovo quiere ver aprobada no crea un prohibición en si pero abre la puerta y aspira a ello.
La situación sería muy delicada. La cancelación de los vuelos crearía un enorme trastorno para el más de medio millón de cubanos que viajan como promedio anualmente a la isla.
Aunque no sería una sorpresa después de que la administración Trump eliminó los viajes directos de Estados Unidos a la provincias cubanas.
En enero de este año, el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, reveló que el año pasado 552,816 cubanos residentes en Estados Unidos viajaron a la isla.
