Como parte de la Cobertura de los Juegos Olímpicos de París 2024, Cubatel les trae cada martes historias, anécdotas, curiosidades y análisis de actualidad de la magna cita del deporte.
El 26 de agosto de 1900 a orillas del Río Sena, en una pista entre Courbevoie y Asnières, los Países Bajos obtuvieron su primera medalla de oro en Juegos Olímpicos y fue en la modalidad de Remo.
François Brandt y Roelof Klein, del club de remo estudiantil Laga de Delft, fueron los protagonistas de esta hazaña, que tuvo a otros dos competidores, uno conocido y otro que jamás se supo su origen y que sucedió con su vida.
Resulta que en las eliminatorias los dos remeros vieron como con su timonel Herman Brockmann, agragaba más de 60 kilos, lo que sobrepasaba el peso reglamentario y los hacía más lentos, mientras los equipos franceses, sobre todo Société Nautique de la Marne y el RC Castellan, llevaban niños de poco peso como timoneles.
Entonces ambos remeros neerlandeses buscaron en las calles de París, un niño cuya edad oscilaba entre 9 y 10 años y pesaba 32 kilogramos para disputar la final.
El resultado. Ganaron la prueba de manera incontestable y se proclamaron campeones olímpicos, del niño nunca más se supo, se convirtió en el Campeón Olímpico más joven de la historia, y concluida la prueba, desapareció y nunca más se supo nada de él.
Entonces ahí tenemos la primera medalla de oro en la historia de los Países Bajos, ganada por un niño, el más joven de la historia, entre 9 y 10 años, del cual no se sabe su nombre y que era francés y ganó la medalla para los neerlandeses.
Brandt y Klein también formaron parte de los ocho que consiguieron el tercer puesto en París. Lo mismo se aplica a Herman Brockmann, que también ganó la plata en el cuatro con timonel. Debido a que Brockmann participó en la semifinal de los dos con timonel, el COI también lo considera campeón olímpico.
Klein y Brandt se convirtieron en ingenieros.
Klein empezó a trabajar para una sucursal extranjera de Shell y luego emigró a los Estados Unidos. Allí murió el 13 de febrero de 1960.
La vida de Brandt siguió un curso notable: comenzó en los ferrocarriles y terminó como obispo de la Iglesia Católica Libre. Murió el 4 de julio de 1949.
