Para quienes se preocupan por desinfectar las manos en Cuba, esta podría ser una buena solución. Un cuentapropista de la Isla creó un dispensador de líquido que se activa sin tocarlo. Y su funcionalidad va dirigida a proteger del impacto de la covid-19.
El ingeniero de la provincia de Ciego de Ávila, en Morón, dijo que el dispositivo funciona mediante una fotocelda. Esta detecta la proximidad de las manos cuando alguien se acerca.
Gracias a esta ingeniosa solución, las personas no tendrán que tocar el dispensador para desinfectar las manos. Por eso es que, aunque no es algo que se acaba de inventar, sí resulta novedoso para los accesorios existentes en la Isla.
De acuerdo a Alberto Gómez Abreu, su creador, la intención es que este dispensador se ubique en hospitales e instalaciones turísticas. Este primer ejemplar está pensado para una escuela de alrededor de 300 alumnos.
Esa cantidad de usuarios podrían desinfectar las manos cuatro veces al día. Y necesitaría para ello una pequeña bomba plástica de alta tecnología, capaz de dispensar 40 litros por hora.
Según contó el inventor a medios de prensa locales, ahora tocaría la certificación de la Dirección de Higiene y Epidemiología. Después de este trámite, se agilizaría la puesta en marcha de la producción para generalizar el uso del dispensador cuanto antes.
Aunque requiere una inversión, el cuentapropista afirma que es una opción más viable que poner a una persona a encargarse de esa labor. Además, el hecho de que no haya que tocar la superficie para activarlo garantiza una mayor protección a la hora de desinfectar las manos.
Una vez que se apruebe la idea, el sector estatal y cuentapropista deben unirse. El Estado importará los materiales necesarios y los talleres de este creador y junto a Álex Barreda correrán con la producción.
