Uno de los monumentos más icónicos del mundo ha sufrido un incendio de grandes magnitudes. No hay pérdidas humanas, pero sí materiales y patrimoniales
El mundo está sacudido con la noticia. La Catedral de Notre Dame, uno de los monumentos más icónicos del mundo y su historia artística, ardió en llamas esta tarde (noche para los franceses). Lo preocupante es que las consecuencias materiales y patrimoniales son devastadoras.
Según cuentan los transeúntes aún congregados a las afueras de la torre medieval, pudo verse hasta la caída de la aguja que distingue a la edificación. Los impresionantes videos se han vuelto virales en internet en pocas horas.
En medio de todo el desastre solo algo calma: se han podido salvar todas las obras artísticas que el sitio almacenaba: el tesoro de la catedral, la famosa corona de espinas y hasta los santos del interior de la edificación.
Se sabe hasta ahora que el incendio pudo comenzar debido a las tareas de reparación que se acometían en el edificio. Ya las llamas habían alcanzado completamente el techo de la torre y la bóveda en su totalidad.
Lo más desconcertante es que los bomberos se declaraban incapacitados de controlar las llamas debido a la altura del incendio.
Las personas que pasaban por allí han contado alarmadas que lo más probable es que se derrumbe todo el edificio y quede solo la carcasa donde antes hubo tanta historia. La Catedral de Notre Dame ha sido inspiración de disímiles tramas para el cine y la literatura.
“Emoción de toda la nación. Pensamiento para todos los católicos y todos los franceses. Como todos nuestros compatriotas, estoy triste de ver arder esta parte de nosotros”, escribió en Twitter el presidente francés, Emmanuel Macron.
Todas las personas en los alrededores han sido evacuadas, en espera del supuesto derrumbe que debe acontecer durante la noche si no se consigue calmar el siniestro.
Notre Dame es una joya del estilo gótico en el mundo. Tomó casi dos siglos construirla, pues sus columnas fueron levantadas entre 1163 y 1345. Entre sus paredes se coronó a Napoleón Bonaparte como emperador y se beatificó a Juana de Arco.
