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Esta cubana cometió una de las trampas más recordadas en la historia del atletismo

7 enero, 2023
Rosie Ruiz fraude atletismo

Cuando Rosie Ruiz tenía ocho años, llegó a los Estados Unidos, procedente de Cuba. Allí, vivió con su familia en Hollywood, Florida; estudió piano y se licenció en Música de Wayne State College en Nebraska. Todo esto sin saber que tiempo después protagonizaría uno de los hechos más insólitos del atletismo. 

Resulta que en abril de 1980, esta cubana, sin prácticamente antecedentes deportivos, subió al podio en una de las carreras más famosas del mundo: la maratón de Boston. Pero no solo ganó la competencia, sino que lo hizo con la tercera mejor marca femenina en la historia. 

Pero ahí no para todo: Rosie en Boston había rebajado en más de 25 el tiempo que haría, seis meses antes, en la maratón de Nueva York, otra competencia bastante sonada dentro del mundo del atletismo. 

Por supuesto, ese registro y el aspecto físico de la cubana al terminar la carrera hicieron que algunos comenzaran a desconfiar de que se tratara, en efecto, de un fair play

El primero en lanzar sus sospechas fue Bill Rodgers, ganador de la competencia de atletismo en la categoría masculina. A este le resultó particularmente extraño que Rosie no transpirase sudor ni ofreciera ofreciera signos de cansancio. Ello, mientras él estaba exhausto. Algo totalmente natural para quien hubiese corrido 42 kilómetros. 

Además ningún otro competidor recordaba haber corrido cerca de una atleta con el dorsal W50.  Así que la investigación echó a andar y se fue a Nueva York, la primera competencia de atletismo que se tuviese noción había ganado Rosie. 

En la capital del mundo, la fotógrafa Susan Morrow testificó que la vio salir del metro y que la atleta se unió a la carrera faltando algunos metros para la meta, aprovechando cierta confusión en el público. 

¿Qué hizo Rosie en la competencia de atletismo en Boston? 

El mismo modus operandi utilizaría Rosie en Boston. La cubana entraría a la competencia de atletismo casi al final de la meta. 

Dos estudiantes de la Universidad de Harvard fueron los que dieron la pista definitiva: la habían visto ingresar a la carrera cuando apenas quedaban 1.6 kilómetros para la llegada. 

Obviamente, al descubrirse tal fraude Rosie fue descalificada de la competencia de atletismo en Boston y el triunfo pasó para el anterior segundo lugar: Jacqueline Gareau. 

La cubana Rosie Ruiz tuvo la medalla en su poder por ocho días. Y, si bien su triunfo está considerado uno de los mayores fraudes de la historia del atletismo, nunca confesó que hizo trampa. 

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