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Coronavirus pudo afectar estado mental de Trump, dice The New York Times

12 octubre, 2020
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Recientemente, el diario norteamericano The New York Times publicó varias cartas de sus lectores preocupados por el estado mental del presidente Donald Trump. Al parecer, existe la creencia de que el coctel de medicamentos que tomó durante su convalecencia por el Covid pudo deteriorar su estado mental.

“El comportamiento errático y maníaco del presidente podría reflejar un efecto secundario de la dexametasona que está tomando”, dijo uno de los usuarios. Y agregó:

“La información de la F.D.A. sobre el paquete de tabletas de dexametasona oral dice: “Pueden aparecer trastornos psíquicos cuando se usan corticosteroides, que van desde euforia, insomnio, cambios de humor, cambios de personalidad y depresión severa, hasta manifestaciones psicóticas francas. Además, la inestabilidad emocional existente o las tendencias psicóticas pueden verse agravadas por los corticosteroides”.

La evidencia…

No faltaron en el The New York Times los calificativos de “irrespetuoso” y “maniático” para Trump. En el fondo, todos concluían en que su conducta ha sido más “rara” que de costumbre.

Tres profesores de las escuelas de Medicina de Harvard, Yale y North Carolina-Chapel Hill, señalaron que se trata de “una persona mentalmente incapacitada, a cargo de las fuerzas armadas más poderosas del mundo y sus armas nucleares”.

En el 2018, estos mismos profesores publicaron el libro El peligroso caso de Donald Trump (The Dangerous Case of Donald Trump). Según refieren sus autores: Leonard L. Glass, Bandy X. Lee y Edwin B. Fisher, el texto ha sido catalogado como “psiquiatría de sillón” y criticado por “prejuicios políticos disfrazados de opiniones profesionales”.

“Hemos encontrado amplia evidencia de su inestabilidad y grandiosidad en las propias palabras y declaraciones públicas del presidente, confirmadas más recientemente en su referencia a “mi gran e incomparable sabiduría”, junto con otra amenaza más de “destruir y arrasar totalmente” un país extranjero”.

Este último hecho, no solo llamó la atención de los doctores.

El fin de semana pasado, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se preparaba para atacar el norte de Siria. El domingo, la Casa Blanca anunció que estaba bien. Y justo el lunes por la mañana, el presidente Trump publicó un tweet (que luego fue borrado) diciendo lo contrario.

“Si Turquía hace algo que yo, en mi gran e incomparable sabiduría, considero prohibido, destruiré y arrasaré totalmente la economía de Turquía”.

Otro gesto que preocupó a los norteamericanos fue que su presidente no quiso ceder el control sobre las armas atómicas al vicepresidente, Mike Pence, durante su convalecencia por el Covid. Esto es algo que suele ocurrir cuando el inquilino de la Casa Blanca cae enfermo.

En ese sentido, Vipin Narang, un profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts que ha estudiado la cadena de mando y de control nuclear, comenta:

“La historia de la ofuscación de la condición médica de los presidentes es tan antigua como la República. La cosa es que la dexametasona puede volverte paranoico y hacer que delires”, explica.

Por otro lado, algunos lectores del The New York Times, como Bill Gottdenker, consideran que debe apelarse al cumplimiento de la 25ta Enmienda.

“Si el gabinete alguna vez necesitó pruebas concretas de que el presidente Trump ha perdido por completo el contacto con la realidad y que la 25a Enmienda debe invocarse de inmediato, Trump la proporcionó el jueves cuando dijo: “Estoy de regreso porque soy un perfecto espécimen físico y soy extremadamente joven. Más tarde lanzó un video en el que decía: “Soy un senior. Sé que no lo sabes. Nadie lo sabe”.

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