Sería extraño mencionar a Jennifer López y que alguien no la conociera. Su talento y capacidad para empatizar la han convertido en una de las artistas más mediáticas y reconocidas del mundo. Sin embargo, no siempre fue así.
La vida antes de ser famosa
JLo nació en el Bronx, el 24 de julio de 1969. Sus padres, Guadalupe Rodríguez y David López, migraron de Puerto Rico en busca de un futuro mejor.
Por muchos años sus padres trabajaron horas extra en lugares donde la paga no era buena. Así es que ella y sus dos hermanas quedaban en autocuidado cuando los mayores tenían que ausentarse.
Vivieron en un apartamento de escasos metros hasta los 10 años de Jennifer, que se mudaron a uno mayor. En entrevistas, la artista ha comentado que siempre fue una preocupación de sus padres que estudiase una carrera universitaria. Y lo intentó por seis meses, pero lo suyo era el arte.
Aunque significó una desilusión para sus padres, a los 18 se mudó del Bronx a Manhattan y empezó a tomar clases de danza, canto y actuación.
Antes de ser famosa, vivió en un departamento sin muebles y durmió en un colchón tirado en el piso. Incluso, llegó a pedir permiso para dormir en la escuela de danza.
De acuerdo con la artista, la historia de su vida la ha contado a sus hijos para que conozcan el valor del sacrificio. Asimismo, los ha llevado varias veces al Bronx para que tuviesen una dimensión real de sus pasos.
Sobre su madre, JLo ha dicho:
“Lupe fue una madre joven, se casó cuando tenía 20 años. Tuvo a mi hermana cuando tenía 21. Nos tenía a todos a los 26, así que todos crecimos juntos. Era como vivir con una adolescente, sinceramente. Ella quería que fuéramos independientes. Nunca quiso que tuviéramos que depender de un hombre para nada porque eso es lo que le enseñaron cuando creció”.
