Hay personas que aunque tenían un enorme talento en su profesión, pasan bajo el radar para periodistas y aficionados, ese es el caso de Wilfredo Calviño, un gran Scout y Mánager cubano, que hizo historia en otras tierras.
Calviño, nacido el 20de julio de 1927 y fallecido el 4 de septiembre de 1998 en Miamifue un pelotero sin mucho suceso en las Ligas Menores de Estados Unidos, donde se desempeñaba como Receptor.
Tras retirarse en 1953, pasó a ocupar un cargo como cazatalentos para la organización de los Rojos de Cincinnati, siendo figura fundamental en la contratación de grandes peloteros latinos, entre ellos el venezolano David Concepción.
Peloteros de Nicaragua también se beneficiaron de sus conocimientos, pues fue el descubridor de Duncan Campbell.
En Nicaragua precisamente el gran cronista deportivo Edgard Tijerino decía que Calviño tenía madera de “espía” pues a su gran “ojo” como cazatalentos, añadía una gran discreción y humildad.
A través de su carrera dirigió 6 equipos en la Liga de México, el cubano que más lo ha realizado, ganando un título con los Diablos Rojos en 1973.
En Nicaragua fue Campeón en la “Vieja” Profesional con el León y con el 5 Estrellas, novena con la que triunfó en la primera Serie Interamericana en 1964.
Por su parte en Venezuela dirigió a los Tigres de Aragua y los Tiburones de la Guaira.
A los Tigres los llevó a su primera campaña con récord positivo en la zafra 1967-1968, mientras a los litoralenses en la campaña 1968-1969, tras terminar en segundo lugar en la campaña regular con 34 ganados y 26 perdidos, los llevó al título al ser el club el mejor en el todos contra todos.
Según el periodista e historiador Esteban Romero, una de las grandes cualidades de Calviño como Mánager era realizar jugadas inesperadas por sus adversarios.
“Uno de los recursos de mayor utilidad es sorprender con medidas audaces. Eso que no espera el adversario. No hablo de locuras o disparates, sino de acciones atrevidas” dijo Calviño en alguna ocasión.
En la Liga Mexicana le dio boleto intencional con Bases Llenas a Héctor Espino y cuando le preguntaron sobre la decisión, dijo, “hay que tratar de simplificar daños cuando el peligro de derrumbe es inminente”.
El último equipo profesional que dirigió fueron los Leones de Yucatán de la Liga Mexicana en 1994.
