Ocurrió ha ce 43 años y sólo los súper especialistas recuerdan, pero uno de los episodios épicos de la Maratón de Boston se vio ensombrecido por una de las trampas más burdas y absurdas en el deporte.
Resulta que Jacqueline Gareau era una joven canadiense de 27 años en ese entonces y se presentó en la Maratón de Boston tras haber participado sólo en tres maratones antes.
Hacía 6 años que había dejado de fumar y se entrenaba en su tiempo libre, ya que era trabajadora de un hospital en la provincia de Quebec, donde se desempeñaba como Terapeuta de Respiración.
Gareau, ni siquiera partió en la sección delantera de la prueba, no tenía palmarés para ello, y tras sortear a cientos de corredores se colocó en la delantera hasta cruzar la meta con tiempo récord para Boston en ese entonces de 2 horas, 34 minutos y 28 segundos.
Cual sería su sorpresa al llegar al final y ver que la cinta de la ganadora había sido rota por otra corredora, la cubano-americana Rosie Ruiz.
A Ruiz jamás se le vio en el grupo delantero, ni siquiera nadie recordaba que estuviera entre las líderes.
Cuando Ruiz celebraba varios corredores se dieron cuenta que algo no estaba bien, la recién coronada con la corona de laureles, no tenía cuerpo de maratonista, no se vestía como ellos y no tenía ni idea de como responder preguntas que una corredora conoce fácilmente, incluso no se veía cansada para haber recorrido 42 kilómetros y 195 metros.
La corredora tramposa, había clasificado a Boston haciendo trampas en la Maratón de Nueva York, donde terminó oncena tras tomar el Metro.
En Boston se las arregló para pasar desapercibida hasta incorporarse en la última milla del recorrido, unos minutos antes que pasara Gareau.
Hay que recordar que por aquel entonces no se había introducido el cronometraje con chips.
Los organizadores tardaron alrededor de una semana en transferir la victoria y el título robado a su verdadera ganadora, 25 años después Gareau fue llevada en un auto de seguridad de la organización y corrió los últimos 100 metros para romper la cinta y sentir la sensación que en 1980 le había impedido la trampa de Ruiz.
Gareau después continuó compitiendo y fue hasta quinta en los Mundiales de Atletismo de Helsinki en 1983 y hoy en día está casada con un banquero de Montreal y tienen un hijo que practica Ski.
Ruiz estuvo en la cárcel por robar dinero de una Compañía de Bienes Raíces en Manhattan donde trabajaba y por un acuerdo frustrado de tráfico de cocaína en un hotel del Aeropuerto de Miami.
Murío en 2019 a la edad de 66 años víctima de cáncer y siempre negó que hizo trampas.
