Después de ser eliminado en la Fase de Grupos en la pasada edición de la UEFA Champions League, el FC Barcelona fue ubicado en el Grupo más difícil del principal torneo de clubes del planeta.
El club azulgrana compartirá el Grupo C junto a su “Bestia Negra” Bayern Munich, el Inter de Milán y el modesto Viktoria Pilsen de la República Checa.
En los últimos tiempos el Bayern ha demostrado sobre el campo una humillante superioridad sobre el club catalán y todavía está en la memoria el 8-2 de los Cuartos de Final de la Champions el 14 de agosto de 2020 en un torneo atípico debido a la pandemia de la Covid 19.
En ese partido disputado en el Estadio Da Luz de Lisboa, Portugal, Robert Lewandowski le marcó uno de los goles al Barcelona, hoy viste los colores del equipo español.
Esa puede ser una de las razones que plantee el Barcelona para enfrentar a un rival que ha sido un verdadero dolor de muelas para ellos a través de los años.
El otro rival complicado será el Inter de Milán, que dirigido por Simone Inzaghi, tiene mucha calidad en todas sus líneas y arriba mete miedo con la pareja que componen el argentino Lautaro Martínez y el belga Romelu Lukaku.
El Viktoria Pilsen no parece resultar un obstáculo para ninguno de los gigantes de la llave.
Para el FC Barcelona sería un desastre mayúsculo no acceder a la siguiente fase del torneo, tras la delicada situación económica que atraviesa y la activación de las llamadas “palancas” que han hipotecado a futuro el patrimonio de la entidad.
Para evitar una dolorosa eliminación, los dirigidos por Xavi Hernández desde el banquillo y Joan Laporta en los despachos, fueron el club que más gastó en fichajes en el Mercado de Verano.
Además del polaco Lewandowski llegaron al conjunto culé, el brasileño Raphinha, el francés Julés Koundé, el marfileño Frank Kessié y el danés Andreas Christensen.
El equipo se ve con una muy reforzada plantilla, que a priori le permite competir de tú a tú con las principales potencias del continent,e y mejor que así sea, no sólo desde el punto de vista deportivo, sino también desde el económico.
Las victorias en la pasada Champions se pagaron a 2,8 millones de Euros, los empates a 930 000 y el pase a los octavos de final resultaba en una suma de 9,6 millones, cifras nada despreciables para un club con una deuda de alrededor de 1300 millones y que dejará de percibir una cuantiosa suma en los próximos 25 años por Derechos de Televisión, producciones audiovisuales y merchandising.
Así la presente Champions se antoja de vida o muerte para la permanencia del Barcelona en la “Realeza Europea” un nuevo fracaso pondría en duda su permanencia en la élite y peor aún colocaría un futuro sombrío sobre una de las entidades más reconocidas del fútbol mundial.
