Jorge Hernández Padrón, o cariñosamente como se le conoció Jorgito, nació en La Habana el 17 de noviembre de 1954, contrario a lo que muchos puedan pensar su deporte favorito no era el boxeo, sino la natación, pero en la época se pensaba que ese deporte era incompatible con el asma, enfermedad que padecía desde niño.
Hoy todos sabemos los máximos honores que alcanzó al obtener un título olímpico y un cetro y un subtítulo mundial, sin embargo muy poco se habla de su meteórico ascenso al Olímpo de los inmortales en el Arte de Fistiana.
Tras iniciarse en el afamado Gimnasio Roberto Poland de la barriada marianense de Pogolotti, bajo la atenta pupila de Julio Yú, el entonces joven pugilista mostró una velocidad y elegancia innata, que lo hicieron escalar pronto lugares de privilegio entre los peleadores de la división de hasta 48 kilogramos en Cuba.
Queremos referirnos en este trabajo a ese salto que lo llevó de los primeros planos en la isla a la cima internacional.
En 1973 conquistó por primera vez el título en el Torneo Giraldo Córdoba Cardín, el más importante certamen internacional en Cuba derrotando en la final a su compatriota Renzo González, quedando en bronce dos excelentes púgiles extranjeros, el rumano Remus Cosma y el soviético Suren Duryan.
Ese resultado le valió para ser la seleccion cubana en los minimoscas para el Torneo Centroamericano y del Caribeque se realizó en México del 12 al 18 de noviembre de 1973.
Allí subió a lo más alto del podio al vencer en Cuartos de Final por Ko en el primer asalto al dominicano Francisco Sánchez, en semis dio cuenta por decisión unánime del colombiano Virgilio Palomo y en la final superó 4-1 al mexicano Fausto García.
Así terminó 1973, pero en el inicio de 1974 tuvo un leve tropiezo al terminar en bronce en el Campeonato Nacional Playa Girón realizado en La Habana en el mes de enero.
Sin embargo apenas dos meses después fue una sensación en los Juegos Centroamericanos y del caribe realizados en Santo Domingo, República Dominicana, donde subió a lo más alto del podio.
En Cuartos de Final derrotó 5-0 al salvadoreño Ricardo Cañizares, en Semifinales tuvo un pleito complicado ante el colombiano Virgilio Palomo, a quien meses antes venció unánime en el Centroamericano de México. El de la tierra del café lució bien, pero Jorgito fue mejor y al final se llevó estrecho veredicto de 3-2.
Ya en la discusión del oro le ganó de manera inapelable RSC en el 3 round a otro conocido, el mexicano Fausto García.
Tras ese éxito se presenta en el Internacional Córdoba Cardín que tuvo por sede a Camaguey en el mes de junio y se lleva el título derrotando al rumano Cosma en el Final.
La escena quedaba lista para que fuera el representante cubano en el I Mundial de Boxeo Amateur que se realizaría en Cuba del 17 al 30 de agosto de ese 1974.
En su primera pelea le gana por puntos al estadounidense Albert Sandoval, mientras en Octavos de Final le propina Ko en el 1 Asalto al tanzano Emmanuel Mlundwa.
Allí las cosas se complicaron, pues si quería ser medallista tenía que vencer en Cuartos al húngaro Gyorgy Gedo, Campeón Olímpico de la división en Munich 1972.
Con un boxeo elegante, con entradas rápidas, sacando sus manos a gran velocidad, Jorgito superó en todos los órdenes al magyar para llevarse la victoria a asegurar como mínimo medalla de bronce.
Sin embargo no estaba en sus planes detenerse y en semifinales le ganó al español Enrique Cal Rodriguez, un experimentado peleador, que había estado en los principales eventos internacionales en los últimos años.
Ya en la final no había quien detuviese aquel huracán de elegante y efectivo boxeo y le gana 5-0 al kenyano Stephen Muchoki, quien sería su gran rival en los años venideros y después un gran púgil profesional.
Así llegó a la cima, uno de los más elegantes boxeadores cubanos de todos los tiempos, sus logros no se detuvieron allí, pues abrazó la Gloria Olímpica y tuvo muchísimos más éxitos, pero ese es material para otro trabajo para los amigos lectores de Cubatel.
Jorgito falleció joven a los 65 años el 12 de diciembre de 2019, víctima de complicaciones provocadas por un paro cardiorespiratorio.
