La calma de 2019 podría convertirse en intensidad para el próximo periodo. Así lo advierten los especialistas en sismos en Cuba, quienes aseguran que la tranquilidad aparente puede interpretarse como acumulación de energía.
Después de doce meses en los que solo seis sismos resultaron perceptibles para las personas, la Isla ya va por tres años de poca intensidad en esos fenómenos atmosféricos. En 2019, aunque se registraron alrededor de tres mil temblores, ninguno provocó daños de ningún tipo.
Luego de esta tendencia decreciente de los sismos en Cuba desde 2017, se espera que los próximos años sacudan más la Isla. Y es que en los tres años anteriores (en una etapa de actividad que comenzó en 2014) los movimientos habían sido más intensos.
Hasta ahora, es el oriente de la Isla el que lidera la actividad sísmica. Cinco de los seis sismos ocurrieron en esa zona del país. Mientras que el otro tuvo lugar en el famoso balneario de Varadero (más de 100 kilómetros al este de la capital de la Isla).
De acuerdo a los expertos en los sismos en Cuba, la gran mayoría de los movimientos de esta etapa fueron inferiores a los 2.0 en la escala sismológica de Richter. Esa es la razón de que no fueran perceptibles para las personas.
Sin embargo, hubo días de mucha actividad. Solamente el 6 de mayo se registraron 31 movimientos telúricos en la Isla. Y el 4 de agosto tuvo lugar el sismo más intenso del año, ubicado al sur de Imías, municipio sureño de la oriental provincia de Guantánamo.
Los expertos de sismos en Cuba mantienen especial atención para el periodo de actividad que recién comienza. Y es que calculan que podría haber una anomalía sísmica importante en la zona límite de placas luego de este tiempo de calma.
