Aunque nada es absoluto en cuestiones tecnológicas, se puede decir hoy que la manera segura en la que Whatsapp maneja las comunicaciones, ha permitido que se convierta en la segunda red social más usada del mundo.
Con más de 2 000 millones de usuarios, Whatsapp solo es superada por Facebook que tiene 2 500 millones de cuentas.
Según medios especializados, el cifrado de extremo a extremo forma parte del gran atractivo que tiene la gente por esta red social.
No es sencillo lanzarse a compartir nuestra información con suma confianza entre familiares, colaboradores e incluso con las personas, empresas e instituciones con las que buscamos el mantener nexos.
Se dice que el cifrado permite que esas conversaciones que antes sólo se llevaban en privado de manera personal, ahora tomen lugar desde cualquier parte del mundo.
Y es que, al quedar los mensajes y conversaciones privadas sólo entre el emisor y el receptor, el cifrado de extremo a extremo se vuelve una necesidad.
Detener los abusos
Para ello WhatsApp ha trabajado de la mano de expertos en seguridad.
También lo ha hecho como apoyados en tecnología líder en la industria a fin de evitar y detener posibles abusos.
Se han diseñado controles, e incluso canales para informar problemas, por supuesto sin que ello sacrifique la privacidad de quienes hacen uso de sus servicios.
Inicialmente la app sólo estaba pensada para crear un servicio de mensajes simple, confiable y privado.
Pero seguramente sus fundadores, Jam Koum y Brian Acton, jamás se imaginaron la relevancia que sus ideas.
WhatsApp es una aplicación de mensajería para teléfonos inteligentes, en la que se envían y reciben mensajes mediante Internet.
Además, va complementando servicios de mensajería instantánea, servicio de mensajes cortos o sistema de mensajería multimedia.
Es una aplicación de descarga gratuita en todas las plataformas en las que está disponible.
Recibe actualizaciones muy frecuentes que siguen mejorando su soporte y rendimiento.
