Saltar al contenido

Remesas a Cuba: la fuente de dinero que el gobierno no quiere explotar

17 julio, 2019

Con una estrategia de cambio y apertura en el sector privado, las remesas podrían ser una inyección efectiva de divisas para el desarrollo del país

Los números lo demuestran: más de mil millones de dólares llegan a Cuba anualmente por concepto de envío de remesas. Aunque de EEUU llegaba la mayor parte, ya está demostrado que se incrementa el envío desde nuevos destinos, incluso no solo de los familiares residentes permanentes en el extranjero.

Actualmente los cubanos residentes en la Isla, pero que laboran en el exterior, como colaboradores en áreas del deporte, medicina, construcción, educación, también envían remesas a la nación caribeña.

Solo que toda esa circulación de divisas la mayoría de las veces no logra canalizarse como una fuente de ingreso directo en el desarrollo a nivel macroeconómico, pues aún el país no traza estrategias inteligentes para el desarrollo y diversificación del sector no estatal.

Para todos es conocido que la mayoría de los negocios particulares de altas prestaciones en Cuba, tienen en su ADN la inyección de las remesas, con sumas nada despreciables.

Lo malo es que, en medio de la disfuncionalidad del sistema de comercio y abastecimiento, muchos de ellos reinvierten el dinero para buscar materias primas y servicios, en terceros países.

En los últimos cinco u ocho años se ha diversificado también el concepto de gastos a cubrir por la ruta de la remesa, entre ellos: ofertas de recargas de telefonía móvil y para cubrir gastos de cuenta de Internet (email nauta), ambos casos pagados desde el exterior.

O sea, el país debería plantearse también la manera inteligente y efectiva para que las remesas puedan convertirse en un elemento que favorezca y propicie el desarrollo inversionista económico productivo de la economía cubana.

A tener en cuenta

Lo que si no debe suceder es que, por el contrario, dada su dispersión, las remesas terminan estimulando las importaciones y la inflación, y sí generen encadenamientos productivos y gestión de empleos.

Como siempre, no se trata de la paradoja del huevo o la gallina. La economía cubana, abocada a una crisis compleja, debería buscar aliados en lugares nunca explorados. En este caso no estaría desacertado, si al final, nada mejor que todo quede en casa.

👈 Deje su Evaluación