Cuando Liliana Peñuelas salió de Cuba en el lejano 1965, quizás nunca imaginó que su camino la conduciría al mismísimo Polo Norte. Y que sería ahí donde abriría su propia dulcería cubana con postres caseros típicos de su país de origen.
Y es que en 1990, esta cubana decidió mudarse a Utqiaġvik, una ciudad estadounidense ubicada en Alaska, en el borde del Círculo Polar Ártico.
Allí conoció al gran amor de su vida: su actual esposo Cruz Puñuelas. Fue con este mexicano que desde hace seis años, Liliana Peñuelas se lanzó al mundo del emprendimiento. Y lo hizo no solo para crecer económicamente, sino además para recordar su niñez en Cuba.
Así que en el 2014 esta mujer y su esposo apostaron sus ahorros y pidieron un permiso para iniciar el negocio de dulces.
La zona donde reside Liliana Peñuelas ha sido el hogar de una comunidad de indígenas por más de 1500 años. De manera que necesitaban autorización del consejo tribal de la Comunidad Inupiat de la ladera ártica para arrancar con un restaurante.
Pronto se quedaron sorprendidos cómo la comunidad quedó encantada con sus dulces cubanos.
Hoy la pareja es dueña de Liliana´s Fresh Baked, donde venden los dulces cubanos. Y, además, de Cruz´s Mexican Grill, un establecimiento donde su esposo prepara los más espectaculares platillos tradicionales mexicanos.
Este negocio de Liliana Peñuelas y su esposo es el primero manejado por latinos en la comunidad más al norte de los Estados Unidos.
Se conoce, además, que los precios de los productos en ambos negocios son bastante elevados. Porque los insumos tienen que hacer un largo viaje en avión, a un gran costo.
Cuando las temperaturas en el fin del mundo bajan a 50 grados bajo cero, Liliana Peñuelas se asocia con taxis locales para el servicio de entrega.
