Sabías que durante los años cincuenta del siglo XX existió un plan para construir una isla artificial frente al Malecón habanero. Te contamos todos los detalles sobre el proyecto que hubiera cambiado la vista del litoral de la ciudad.
En el año 1956 se puso en marcha un plan piloto para convertir a la capital cubana en una de las grandes y más modernas ciudades de América Latina. La idea era que la ciudad fuera el Montecarlo o Las Vegas de América.
Nombrado Havana Pilot Plan, el proyecto made in USA con etiqueta de Harvard, fue impulsado por el presidente Fulgencio Batista. Para desarrollarlo contrató al reconocido arquitecto catalán Josep Lluis Sert, que había trabajado con Le Corbusier. Este se unió con Paul Lester Wiener y Paul Schulz para preparar el proyecto.
Pero, cuáles eran las características de la islita que se levantaría frente al Malecón.
Con forma rectangular, la isla artificial tendría 2,500 pies de largo por 100 de ancho. Esta estaría ubicada en el espacio de mar que va desde la calle Galiano y hasta Belascoaín. Justamente desde esas dos avenidas era que estaría conectado a tierra firme el territorio artificial.
En resumen, la isla artificial se llevaría el espacio de casi doce manzanas y taparía la vista al mar de buena parte del malecón tradicional.
La isla artificial frente al litoral buscaba darle más glamour a la ciudad, convertirse en un nuevo atractivo turístico y aumentar las fuentes de ingresos en el país.
Fulgencio Batista estaba muy interesado en el proyecto de la isla artificial. El mandatario cubano también quería impulsar el desarrollo turístico de Varadero, Cojímar y la entonces llamada Isla de Pinos. Todo ello estaba relacionado con la presencia en estas inversiones del capital de mafiosos como Meyer Lansky y Santo Trafficante.
