El verano pasado la aerolínea JetBlue ofreció a bordo auténticas chicharritas cubanas. ¿La marca? Chifles Chips, una empresa latina fundada en Tampa en 1963 por una familia ecuatoriana que había conocido en La Habana esa delicatessen.
Sin embargo, si bien los ecuatorianos fueron los que llevaron la idea hacia Estados Unidos, con el paso de los años un migrante cubano acabaría comprando la compañía.
Este hombre —padre del hoy director ejecutivo de Chifles Chips, Tony Rivas Jr.—, entendería que el negocio de vender chicharritas, o chips de platanitos como le llaman en tierras estadounidenses, sería un éxito.
Quizás por ello, tras llegar de Cuba a los 14 años, vincularse a la empresa en 1973 y trabajar primero como transportista y luego como distribuidor, el señor decidió comprar Chifles Chips en 2017.
“Hay bastantes americanos (estadounidenses) hablando sobre la importancia de la inclusión y la diversificación, pero en este caso una compañía pasó a la acción y nos dio una tremenda oportunidad para poder compartir nuestra cultura, nuestros sabores y nuestra historia con los pasajeros de los Estados Unidos”, dijo a la agencia EFE, Tony Rivas Jr.
De igual manera, el director ejecutivo contó sobre los beneficios que tienen estos snacks a base de chicharritas de plátano para los pasajeros de la compañía aérea de bajo costo.
De acuerdo con el directivo, las chicharritas tienen menos grasa que las “papas fritas”. Es, sin dudas, un aperitivo vegetariano pero que funciona para un público masivo. ¿A quién no le gusta?
Además de no contener gluten, estos chips tienen certificado «kosher» (apto para practicantes del judaísmo).
Pero ¿cómo fue el acuerdo con Jet Blue?
Según con el director ejecutivo en un primer momento el acuerdo fue de 600.000 a 800.000 paquetitos mensuales. Para el tercer mes, 1.8 millones de bolas de chicharritas.
