Hubo un momento en que La Reunión fue la mayor farmacia de Cuba y la segunda del mundo en el siglo XX.
En la actualidad, la otrora segunda farmacia más grande del mundo es la sede del Museo de la Farmacia Habanera.
Pero, en Cubatel te contamos su historia, llena de momentos espectaculares.
La farmacia La Reunión se instauró el 20 de mayo de 1853 en la calle Teniente Rey, no. 41, de la Habana Vieja.
Su nombre, acuñado por sus dueños de la sociedad Catalá, Sarrá y Co., está dado por el propósito de agrupar en un mismo sitio las farmacias alopática y homeopática.
Sin embargo, Valentín Catalá, José Sarrá y Catalá, Antonio González y José Sarrá y Valldejulí adquirirían definitivamente ese inmueble el 23 de diciembre de 1864.
El anterior dueño del lugar fue Francisco Armenteros y Calvo.
En 1865 la sociedad dueña de la farmacia se disuelve. En su lugar crearon otra bajo razón de Sarrá y compañía que adquirió la finca 767, ubicada en Compostela número 95 ½ ó 95 A, para colocar sus almacenes.
El 10 de marzo de 1882, Sarrá adquiere otras casas anexas a Teniente Rey 41. Estarian ubicadas por la calle Compostela, con los números 83 y 85, ambas pertenecientes al Monasterio de Santa Teresa.
Después de eso, entre 1882 y 1886, a la farmacia que ya existía desde 1865 por la calle Teniente Rey le agregarían áreas de oficina, producción de medicamentos, etc.
Asimismo, los mobiliarios serían remozados. Mientras que los mostradores quedarían decorados con hermosas vidrieras que permanecen hasta hoy.
Hacia 1886, La Reunión era una de las farmacias más elegantes y prestigiosas de La Habana. A tal punto que llegó a considerarse a principios del siglo XX la segunda en importancia en el mundo y la primera en Cuba.
¿Qué pasó después con esta farmacia?
La Reunión comercializaba y elaboraba productos de alta calidad. Además, sus medicamentos eran importados a Francia, Inglaterra y Estados Unidos.
El 15 de octubre de 1898 murió en Barcelona José Sarrá y Valldejulí. Más tarde, su hijo Ernesto Sarrá forma la sociedad mercantil Viuda de Sarrá e Hijo. Obviamente junto Celia Hernández, viuda de José.
En 1912, Ernesto Sarrá adquirió varias casas de las calles Teniente Rey, Habana, y Compostela. Junto a los edificios ya existentes, el complejo farmacéutico abarcaría 18 inmuebles para un total de 13 000 metros cuadrados.
Entonces llegó la segunda remodelación de la farmacia. Su reinauguración tendría lugar el 20 de mayo de 1914, a la par que se devela una tarja en recordación a José de la Luz y Caballero en Teniente Rey 39.
Luego del triunfo de la Revolución, esta farmacia seguiría operando como tal hasta 1999. Entonces pasaría a ser el Museo de la Farmacia Habanera.
