Desde bien pequeños, cuando nos enseñan los colores, asociamos el amarillo al Sol.
Algunos, asimismo, prefieren dibujarlo de color naranja o bien rojo. Ello, para enfatizar el calor que este astro desprende.
Sin embargo, recientemente los científicos revelaron el verdadero color de nuestra estrella más cercana y centro de nuestro sistema planetario.
Y no, el Sol no es ni amarillo, ni naranja, ni rojo. Es todos esos colores juntos y más.
¿Cómo puede ser? Como todo cuerpo incandescente, el astro emite luz en un espectro continuo de colores.
Pueden hacer la prueba si lo miran con un prisma. Entonces podrán percibir que la luz solar se divide en rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta, es decir, todos los colores del espectro visible.
¿Eso les suena de algo? Pues sí, el Sol tiene los mismos colores del arcoíris. Lo cual a estas alturas no debería sorprendernos.
Porque, ¿qué es el arcoíris? Es, ni más ni menos, que luz solar que atraviesa gotas de agua en la atmósfera que actúan como pequeños prismas.
No obstante, tampoco podemos decir que el Sol sea del mismo color del arcoíris. Cuando todos esos colores se mezclan, se obtiene uno solo.
La pista está en las nubes, que reflejan la luz solar. Estas son blancas. Y ese es el verdadero color del Sol.
Los científicos aseguran que si miramos el Sol desde el espacio, los fotones alcanzan nuestra corteza visual de forma simultánea. Vemos así una luz blanca.
Pero cuando estos rayos del Sol pasan por la atmósfera de la Tierra, los colores se distorsionan. Dejémoslo en palabras de quienes saben:
“La atmósfera bloquea la parte más energética del espectro lumínico, aquella que se corresponde con los ultravioletas y la zona de los azules”, explica Ángel Molina, autor del sitio El Diario del Astrónomo.
