¡Haití y Suriname! ¿Quién lo diría? Pero las “mulas” cubanas saben bien lo que hacen. Y escogen estos dos destinos para conseguir las compras que luego despacharán a sobreprecio y con facilidad en la Isla desprovista de casi todo.
La noticia parece increíble. Que dos de los países más pobres de América Latina sean el mercado que sirva a los vendedores cubanos (más conocidos como “mulas”) para abastecerse. Pero es real.
Actualmente, todos los vuelos de Cuba a Haití han sido vendidos hasta agosto. Y es seguro que los principales clientes son las “mulas” cubanas, que han descubierto a la capital de Puerto Príncipe como lugar seguro para ir de compras.
Aunque no tan seguro, si tenemos en cuenta las recientes historias de violencia que se han vivido por esos parajes. Los habitantes locales saben que las “mulas” cubanas viajan cargadas de dinero por sus propósitos, así que son un blanco fácil.
En esa geografía, son los propios cubanos los que atienden a los turistas de la Isla. Muchos han decidido establecerse allí para proveer de alimento y hospedaje a las “mulas” cubanas que requieren albergue familiar.
El costo total del paquete turístico supera los mil dólares, y la aerolínea Sunrise Airways ofrece seis vuelos semanales entre Puerto Príncipe y La Habana, Santiago y Camagüey.
¿Qué compran las “mulas” cubanas?
Aunque Haití sigue siendo el país más pobre del hemisferio occidental, las “mulas” cubanas prefieren ir de compras por allá. Y allí consiguen desde ropa hasta alimentos y efectos electrodomésticos y piezas de hardware, todas con precio triplicado si se adquieren en los comercios estatales de la Isla.
Por su parte, Suriname está ganando en demanda en comparación con la también muy visitada Guyana. Son ya 400 “mulas” cubanas las que viajan a Suriname semanalmente para su esperado turismo de compras. El boleto de ida y regreso tiene un costo de 865 dólares.
Es muy fácil para las “mulas” cubanas revender luego los productos que adquieren en esos países del tercer mundo. Por increíble que parezca, ninguna de esas ofertas está disponibles en territorio cubano, o aparecen a excesivos costos, imposibles para el bolsillo de los habitantes de la Isla.
Así que por ese camino va Cuba: esperando con ansias las compras de países muy pobres como Haití y Suriname. Luego las “mulas” cubanas llegarán con las manos llenas y el resto de la historia ya se sabe.
