La mayor bioeléctrica de Cuba comenzará a generar electricidad a principios de 2020. Empleará como biomasa el bagazo de caña de azúcar, durante el período de zafra, y el resto del año procesará el marabú.
Se trata de la mayor inversión que actualmente se ejecuta, con más de 180 millones de dólares, vinculada a la generación de energía a partir de fuentes renovables.
Construida en la provincia de Ciego de Ávila, se espera que la planta aporte la mitad del consumo eléctrico de ese territorio, a partir de biomasa como fuente de energía.
La instalación comenzó a levantarse en abril de 2017, con tecnología china e inversión británica, y debe ser capaz de suministrar alrededor del 50 por ciento del consumo de la provincia Ciego de Ávila.
Para la ejecución de la obra se creó la empresa mixta BioPower S.A., con participación de la británica Havana Energy y el Grupo AZCUBA.
Según medios locales, Cuba aspira a cubrir el 24 por ciento de la generación eléctrica a partir del uso de energías limpias como parte del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030.
Y es que ante la situación que experimenta el país con la crisis financiera se buscan alternativas sustentables, aunque estas dependan de la madre natura.
Y los bosques energéticos
Recientemente también se conoció sobre los llamados bosques energéticos. Estos se fomenta en viveros tecnificados con simientes genéticamente seleccionadas de huertos semilleros y preparación de suelos mecanizada.
Las especies para ese desarrollo son el piñón florido, el bambú, acasia, eucaliptus, soplillo e ipil-iplil. Estas tienen como características su crecimiento rápido y capacidad de rebrote, y de reproducirse por semillas o de forma asexual.
En este caso unas 89 230 hectáreas se deben sembrar para producir las posturas necesarias. Con estas especies escogidas la Isla podrá echar a andar el proyecto de bioeléctricas que se desarrolla en el país.
