Se llama Sandor González y tiene 42 años. Pintar bajo el mar se convirtió en una pasión tiempo atrás, cuando decidió bucear por primera vez.
Su nombre no es desconocido. Ya había causado impacto con sus obras en blanco y negro. Pero luego de fijar su caballete en el fondo marino, la sensación fue mayor.
En 2014, fundó la primera galería submarina de Cuba en Punta Perdiz, Ciénaga de Zapata. En aquel entonces se sumergieron 11 jarrones donados por artistas de Cuba y México, fotografías marinas y varias piezas pintadas bajo el mar.
La Galería Transeúntes comenzó con un área de 20 metros y se aspira a que abarque 100; cuidando siempre las especies marinas.
Sandor comenta que pintar bajo el mar comenzó como un hobby, y que ahora es una necesidad. “Realmente necesito venir aquí, sumergirme y crear debajo del agua porque hay una paz allá abajo que simplemente no puedes encontrar en tierra firme”, dijo a Reuters.
Afirmó que el mar le resulta el mejor sitio para hacer sus dibujos, “lejos del ruido de la vida moderna”. Dijo además que no planea sus piezas con antelación, y que se inspira cuando ya está cubierto por las olas.
Aunque el tiempo de inmersión está limitado a lo que dura un tanque de oxígeno, Sandor se las arregla para sacar el mejor provecho de las aguas cálidas de Punta Perdiz, su lugar preferido para realizarse como artista.
“Me gustaría que este proyecto no se perdiera y realmente poder compartirlo con artistas y estudiantes de arte (…) que se cree una especie de cátedra de pintura submarina”. “No creo que exista algo así en ningún lugar del mundo”, confesó a Reuters.
