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Autoridades cubanas se tiran culpas unos a otros, mientras la gente vive sobre toneladas de basura

24 junio, 2019

Mientras la papa caliente va de un funcionario a otro, en la comunidad del Ceprú, de la ciudad de Guantánamo, la gente vive una angustia desesperante porque no saben si les quitarán sus casas o no, tras descubrir que fueron construidas sobre toneladas de basura

Entre una suerte de demonios y angustias viven los pobladores de la comunidad del Ceprú, del consejo popular Sur-Isleta, en la ciudad de Guantánamo. Hace tres años a decenas de familias les entregaron terrenos para construir sus casas por esfuerzo propio. Todo era feliz, hasta que se develó qué es el Ceprú.

Pues estas siglas hablan del Centro Ecológico Procesador de Residuos Urbanos, o sea lo que es lo mismo, toneladas de basura. Hoy decenas de seres humanos viven sobre terrenos contaminados y nadie se explica cómo pudo suceder eso.

Esta historia fue develada, increíblemente, en un medio nacional cubano (Juventud Rebelde). Entre otras graves violaciones, se reportan irregularidades en el procedimiento establecido para la entrega de terrenos a familias decididas a construir con su propio esfuerzo.

Se denuncia cómo, además de la precariedad, reina la incertidumbre en la comunidad del Ceprú. Dicen los vecinos que hace un año aproximadamente llegó el Instituto de Planificación Física (IPF) y detuvo todo porque la tierra no es apta para vivir sobre ella y los quieren reubicar.

Lo peor de la historia es que no se trata de los llamados “llega y pon”, alerta la periodista en su artículo, sino que los vecinos pagaron el terreno con la debida autorización del gobierno local.

Mientras el IPF insiste en frenar todo por las condiciones del terreno en esta localidad de Guantánamo, el gobierno local semanalmente verifica que los subsidios entregados (dinero y materiales) estén siendo usados debidamente en la construcción de sus casas, sino se le retiran. O sea, la gente vive en la disyuntiva de a qué autoridad hacerle caso.

Cartas secretas…

Un funcionario del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, asegura que la entrega de los terrenos en Ceprú comenzó de manera ilegal e inconsulta con ellos.

Sostiene que alertaron con una carta a las autoridades municipales del Gobierno e IPF de Guantánamo sobre los peligros de levantar un asentamiento poblacional en ese sitio, pero no pasó nada.

Entonces redactaron una segunda carta, remitida a las entidades provinciales. En ella se exponían detalles de por qué no se debe construir donde antes hubo un vertedero con la tecnología de relleno sanitario.

Esos lugares se dejan reposar entre 20 y 30 años y luego pueden dedicarlos a forestales, a un parque solar o a algo por el estilo, pero nunca a un asentamiento humano.

Lo peor está en la zona baja, denuncia, donde pueden producirse accidentes por hundimiento del suelo, explosiones provocadas por acumulación de metano, y los procesos de descomposición de residuos pueden contaminar las producciones que crezcan allí y las fuentes de abasto de agua.

En otra parte, coinciden los funcionarios de Salud y el Ministerio de Ciencia en que no fueron consultados sobre el asentamiento de esta comunidad en Guantánamo. Tampoco Acueducto y Alcantarillado, ni la Empresa Eléctrica (aunque se reconoce que se electrificaron casas y se realizó la instalación de una toma colectiva de agua). Todo ello en flagrante violación de los procedimientos para el proceso inversionista.

¿Quién carga la culpa?

La incertidumbre reina en la comunidad del Ceprú, en Guantánamo
Se denuncia cómo, además de la precariedad, reina en ese lugar la incertidumbre. Foto: Juventud Rebelde

El presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Guantánamo reconoce todas las violaciones ocurridas y habla de funcionarios que en su momento fueron separados del cargo. Pero son tantas culpas repartidas que ni él mismo puede poner nombre y apellidos.

Por si fuera poco, a estas altura, aún no pueden dar fecha de cuándo ni cómo se dará solución a las personas afectadas en la comunidad de Ceprú. Dice que aún están en la fase de estudio, que reconocen sus responsabilidades, pero que eso dependerá de muchos factores.

Entre tanto, la gente se desespera, llora, sufre la angustia de un futuro incierto. ¿Quién tiene la culpa? Otra de las tantas preguntas con respuesta reservada.

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