El 15 de febrero de 1978 será una de las fechas más recordadas en la historia del Boxeo. Ese día el inolvidable Muhammad Alí perdió el Título Mundial de los Súper Pesados ante el joven Leon Spinks.
Alí que ya contaba con 36 años enfrentó en la Defensa número 11 de su segundo reinado al jovencito de 24 y con sólo 7 combates previos, Leon Spinks.
Ya el ídolo de Louisville había visto pasar sus mejores momentos, pero no se le había visto en la forma decadente que se le vió esa noche, mientras Spinks traía como mejor carta de presentación, su medalla de Oro Olímpica en los Medio-Pesados en Montreal.
En el profesionalismo había celebrado sólo 7 peleas, ante rivales sin gran caché y jamás había pasado del 10 Round.
El Combate
Se realizó el 15 de febrero de 1978 en el Hotel Hilton de Las Vegas.
Desde el mismo inició Spinks tomó la iniciativa atacando con rápidas combinaciones al gran campeón, que lucía aturdido, cansado y sin la energía necesaria para sorpresa de sus millones de seguidores.
Casi toda la pelea fue un monólogo de un joven agresivo y con hambre de éxito, ante un gran campeón, envejecido y que pasó casi todo el tiempo ayudándose de las cuerdas y sus brazos para eludir los golpes.
Sólo en los Asaltos finales, cuando la historia del pleito presagiaba lo inevitable, Alí ensayó alguna que otra combinación, pero sin la velocidad y la fuerza de antaño como para lastimar a Spinks.
Tras los 15 Rounds el árbitro del combate Dave Pearl, se acercó a los pugilistas para escuchar el veredicto final.
Harold Bucks votó 144-141 a favor de Spinks, Art Lurie sorprendió votando a favor de Ali 143-142 y finalmente Lou Tabat dió145-140 a favor de Spinks.
Así en su octava presentación profesional Spinks se convirtió en Campeón.
¿ Que sucedió después ?
Se pactó una revancha que se llevó a cabo el 15 de septiembre del mismo año en Nueva Orleans y esta vez Alí fue mucho mejor para recuperar su trono.
Spinks, víctima después de su cuestionable disciplina cayó en el consumo de sustancias dañinas y nunca más volvió a ser el mismo.
El combate para Alí fue un aviso, que no quiso escuchar, que su ilustre carrera estaba llegando a su fin.
